8.8.08

No paseis por alto a los genios Parte 3 de 3

No es fácil ser el hijo mayor.

Ni el de enmedio, ni el menor... De hecho no es fácil ser, hijo. No se aún lo que represente ser padre (de familia), pero supongo que tampoco debe ser sencillo.

Las familias han reducido su número conforme avanza el tiempo, los nacidos entre 1950 y el 1960 tienen de 5 a 8 hermanos (mi papá tuvo 11), entre el 60 y 70 bajó la tarifa a entre 5 y 6, para la década del 70 al 80 ya las familias tenían entre 3 y 4 hijos, del 80 hacia el presente está entre 1 y 3.

Chinto es el menor de 3 hermanos, sin embargo no hay indicios de que algún día haya sido el pequeñin de la casa... por meritos propios? crisis familiar? caprichos del destino? no sabría decir por que, pero desde que lo conozco nunca lo vi portarse o recibir el trato del consentido de hogar.

Lejos de juzgar a la familia, aplaudo a Chinto.

Dotado con una imaginación fuera de lo común y un sentido del humor basado en la autohumillación, Chinto siempre ha sabido como sobrevivir, incluso al suicido (un piso de altura no podía hacer mucho).

Sublimar los problemas familiares y transformarlos en despliegues de creatividad no es nada fácil, sin embargo soy testigo fiel de las habilidades artísticas de Chinto. Perteneció al taller de artes plásticas de la secundaria con un desempeño envidiable, de niño hacia imitaciones casi perfectas de Capulina, tiene una facilidad increible para plantear escenarios (casi siempre situaciones degradantes para el), cuenta chistes con gracia única y si no dan risa al final dice: oshh, e inmediatamente nos hace reir.

Sin siquiera llegar a ser el centro de atención (lo cual es MUY difícil) Chinto puede tener un papel importante en las reuniones, ya sea diciendo blasfemias irrepetibles, bailando con morbosa gracia, o sencillamente creando polémica sin esfuerzo.

Aún no estoy seguro de la razón, pero alguna vez Chinto creyó que podía tomar parte en este mundo como un habitante cualquiera y decidió cursar una licenciatura. Y para seguir con sus capacidades de sorprender, un día llegó con la noticia de que se había inscrito en una facultad de psicología. Era algo así como Anton LaVey estudiando el Seminario de Monterrey.

Para fortuna de los que pudieron haber sido sus pacientes, su carrera se vió truncada y nunca hizo nada por volver.

Después de una serie de ingestiones alcohólicas que asustarían a José José, trabajos como quitar rebaba en una fabrica de juguetes o cocinero de Carl's Jr , Chinto logró tragar su ego, curtir su espíritu y aceptar su rol en este mundo.

A la par de su trabajo como multiusos en una cadena de comida rápida extranjera, escribió y sacó a la luz su libro "Poesías Bizarras", hace chambitas de albañilería, se encuentra apunto de participar en su primer cortometraje, sigue tomando sin razón, nos sigue divirtiendo a punta de bromas homosexuales y autohumillación...

Sigue siendo Chinto.

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